El deseo de imaginar futuros

Alejandro G. Cardiel
06/10/2022

“No hay porvenir, nunca hay porvenir. Eso que llaman el porvenir es una de las más grandes mentiras. El verdadero porvenir es hoy. ¿Qué será de nosotros mañana? ¡No hay mañana! ¿Qué es de nosotros ahora? Esta es la única cuestión” 

Miguel de Unamuno, Vida de Don Quijote y Sancho.

Nuestro tiempo, si por algo se puede caracterizar, entre otras cosas, es por haber inhibido la capacidad de desarrollar nuevos mundos, alternativas políticas al actual capitalismo. Nos encontramos en lo que Mark Fisher llama realismo capitalista, esto es, la creencia en que el capitalismo no solo es el sistema económico más viable sino que además no es posible encontrar alternativas reales a este. La caída del muro de Berlín y la consecuente de la Unión Soviética supusieron el fin del contrapeso real al capitalismo, quedando completada, así, la victoria definitiva del capitalismo.

Los sujetos bajo el capitalismo se construyen y se moldean mediante el deseo. La cultura (el arte, la religión, los medios de comunicación, etc.) actúan sobre los sujetos moldeando sus deseos. Por ejemplo, la publicidad fomenta el consumo mediante la creación de un modelo de vida basado en el hiperconsumo y el éxito del self-made man. El nuevo sujeto vive en un mundo donde las alternativas posibles al capitalismo son (aparentemente) no realizables; la satisfacción de las nuevas necesidades introducidas en los sujetos mediante el consumo adormece la necesidad de imaginar nuevos futuros. Además, el pasado también es olvidado puesto que echar la mirada atrás supone ver como todas esas revoluciones anticapitalistas fracasaron o bien fueron erradicadas. Queda, pues, atrapado el sujeto contemporáneo en un presente continuo donde el consumo suple todas las necesidades y anestesia a los sujetos a fin de no pensar en el futuro. 

Pese a lo anterior, el ser humano tiene la capacidad de imaginar futuros, pues el capitalismo solamente inhibe mediante el consumo la capacidad de pensarlos. Para Ernst Bloch tenemos una facultad epistemológica orientada a pensar mundos mejores que el actual, a saber, la función utópica. Esta función utópica es consecuencia del deseo de vivir en un mundo mejor que el actual y dicho deseo no se ve satisfecho en los sueños sino en lo que llama ensoñaciones. Las ensoñaciones se distinguen de los sueños porque, en primer lugar, no reprimen como lo hacen los sueños (según la teoría freudiana), sino que el sujeto puede intervenir a conciencia en este sueño diurno; en segundo lugar, el ego en la ensoñación no queda extenuado como en los sueños sino que conserva gran parte de la lucidez; y, en tercer lugar, suponen una mejora del mundo y, por tanto, gozan de un carácter intersubjetivo (al contrario que los sueños que son puramente individuales), pues las ensoñaciones no suponen una mejora de mi mundo sino una mejora del mundo de todos. 

La Unión Soviética fue durante largo tiempo faro utópico de todo proyecto político de la izquierda pues veían en ella el horizonte posibilidad, un “si allí es posible aquí también lo puede ser”. Si algo nos permite la función utópica es la movilización política pues lo que conlleva prescindir de utopías, de una referencia a futuro, es inmovilismo. Sin un punto de referencia, sin un objetivo, pese a que este sea fantasioso o irrealizable por entero, se rompe la posibilidad de proyectarnos en el futuro y de un lugar adonde movernos. Pese a ello hay que advertir que las utopías pueden suponer también una restricción, pues aquellos proyectos que tomen caminos divergentes al utópico y que puedan llevar a otros caminos pueden ser aplastados en pro del proyecto utópico. La utopía debe ser una herramienta que nos ayude no a fijar un objetivo, eso no nos debe llevar a una visión teleológica de la historia, a una visión cerrada de la historia, sino un punto de referencia hacia el cual poder comenzar a caminar. 

19 comentarios en “El deseo de imaginar futuros”

  1. Although the notion of an intermediate phenotype is easy to invoke and a large number of potential intermediate phenotypes have been proposed, to our knowledge none has met the strict criteria of mapping to the same location as BP and still correlating with BP in crosses, families, or affected sibpairs priligy side effects Your eye s lens is right behind the pupil

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