Lógicas del (sin)sentido

Sofía Echeverry
28 Junio 2022

Nos aterra el sinsentido. El porqué de esta verdad se encuentra en el deseo mismo del sentido. Deseamos el sentido por la emoción que provoca en nosotros el entender algo. Sin embargo, entender algo pertenece al entendimiento, a la razón pura. La pura acción de pensar lleva implícita la sensación de la pura libertad, al ser conscientes de nuestra capacidad de dirigir la atención hacia donde nos apetezca. Por tanto, si tenemos por objeto pensar un sentido, seremos conscientes de la arbitrariedad de este al sabernos libres de pensamiento. Esta arbitrariedad es la que nos aterra cuando se trata de dar un sentido a la vida misma. El sentido es algo que puede apuntar hacia cualquier dirección, por lo que no hay solo uno. Hacia dónde apunte no importa, lo importante es desde dónde sale. El punto desde donde se manifiesta el sentido es el ser humano individual. Desde aquí parte hacia una u otra dirección. El individuo desea un solo sentido desde su perspectiva. Sin embargo, por desear que sea uno, desea que sea único. Si desea encontrar un único sentido, concluye que tiene que ser el mismo para todos los individuos que tengan por objeto descubrir el sentido de la vida. La contradicción aparece en este punto al concebirse el individuo como uno más. ¿Cómo desear un único sentido al mismo tiempo que concibo que no hay solo uno por la definición misma de sentido? Terrible contradicción que frustra a más de uno. Sólo quien desea encontrar el sentido de la vida siente un vacío tremendo al toparse con esto. Entonces, ¿hay uno? ¿hay tantos como individuos?¿no hay ninguno?

La razón de esa sensación de mierda se encuentra en el propio deseo. En el momento en que deseo ese sentido me concibo a mí misma como carente de él. Al concebirme como carente de él, pienso que no lo tengo. Si pienso que no lo tengo, me siento incompleta, me falta algo. Si falta algo, debe estar en alguna parte. Si yo no lo tengo, estará fuera. Si está fuera voy a buscarlo porque lo quiero, lo deseo. Buscaré en religiones, filosofías, ciencias, sectas, bibliotecas, en los bosques, en las alas de las moscas y hasta debajo de la cama. Conozco a personas que dicen haber encontrado su sentido, por tanto yo también puedo. Ahora me toca a mi encontrarlo. Lo encuentro. Sigo vacía. No sé qué pasa. No entiendo. ¿Lo he encontrado o creo haberlo encontrado? No puedo haberlo encontrado cuando tengo la creencia mucho más profunda de que solo hay uno. Entonces creo haberlo encontrado. Si solo lo creo y no lo tengo por cierto, ¿qué sentido es ese? Algo tan importante como el sentido de la vida tiene que ser cierto, verdadero, veraz, ¿no?. Aquí es. Si es verdadero entonces sí que es solo uno y el mismo para todos. Si el sentido de la vida es uno solo por tener el requisito de ser verdadero, solo puede apuntar en una dirección. Vuelve a aparecer la odiosa contradicción. Si solo puede apuntar en una dirección, entonces solo puede salir de un mismo sitio. ¿Cómo salir de un mismo sitio si hay tantos sitios como individuos en el mundo?

Si el sentido de la vida solo puede salir de un mismo sitio, tiene que ser uno y no múltiples. Si el sitio no es múltiple entonces no puede ser la perspectiva humana individual porque hay muchas. ¿Cuál es pues ese sitio, perspectiva, punto, lugar? Al ser una perspectiva debe ser humana, no es muy normal preguntar a un gato por el sentido de la vida. Si ese punto es humano, está en todo ser humano. El punto desde donde sale el sentido de la vida es uno y está en todo ser humano. Como todo punto, tiene la cualidad de ser absoluto. Esto quiere decir que hay en el ser humano algo absoluto. Más aún, quiere decir que existe algo absoluto. Existe pues una perspectiva, un punto de vista absoluto. ¿Cuál es esa perspectiva absoluta?. Si existe entonces pasaría que hay algo en lo que la humanidad entera está de acuerdo. En la vida cotidiana, ¿cuándo aceptamos la perspectiva de la otra persona? Cuando la tomamos por verdadera. Si creo que lo que dices es verdad, no discutiré contigo y aceptaré con total seguridad lo que dices. Se da entonces que el acuerdo entre dos o más personas se produce por la consideración individual de que lo que está en juego es verdadero. Por tanto, concluyo que la verdad existe, es absoluta y es el punto desde el cual sale el sentido de la vida y los demás sentidos. Esto es, las demás explicaciones sobre cualquier asunto. Esto demuestra que el ser humano tiene acceso a todas las verdades por encontrarse en él el punto de vista absoluto. Sin embargo, solo está en el ser humano por ser el único ser con acceso a las ideas, ya que la verdad se manifiesta a través de las ideas. Por ello, la verdad parece múltiple o relativa, pero ya se ha demostrado que es absoluta. Esto indica que existen ideas verdaderas, pero en la vida nos topamos también con ideas falsas. La existencia de estas últimas contradice que la verdad sea el punto de vista absoluto, ya que entonces solo tendrían que existir ideas verdaderas. Pero, ¿son reales las ideas falsas? No. No existe algo tal como la falsedad, la mentira o el engaño. A lo que llamamos falso es a lo que juzgamos como tal. Si la verdad es el punto de vista absoluto, entonces es verdad lo que juzgamos como falso.

Por ello creemos firmemente que lo que decimos que es mentira, lo es. El razonamiento normal humano sería tal: «Es verdad que es mentira que la tierra es plana». Entonces, ¿es todo verdad? ¿Sólo existe verdad? ¿Lo único existente es la verdad? Lo cierto es que «verdad» es una mera palabra. El punto de vista absoluto real es la conciencia ya que sin ella no puede existir la verdad, que hasta ahora habíamos dicho que era el punto de vista absoluto. La verdad depende de la conciencia, por tanto debe ser esta la que posea la cualidad de absoluta, además de que no puede haber dos absolutos. Conocer la verdad sería entonces ser consciente de ella. Lo único absoluto y lo que propiamente es, es la conciencia. Yo no pienso, yo soy consciente de tal o cual pensamiento. Yo no soy lo que pienso, yo soy.         

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